sábado, 23 de agosto de 2014

PRIMER FESTIVAL DE LITERATURA NOS QUEDA LA PALABRA



Entre versos y lineas se lee NOS QUEDA LA PALABRA. Palabras de escritores, de poetas, de personas..

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
(San José, Caldas)

Profesor Titular y Profesor Distinguido de la Universidad de Caldas, en Manizales (1976-2001). Primer decano de la Facultad de Artes y Humanidades (1996-1999) y Vicerrector Académico (E.) de la misma Universidad (1996). Premio a la Investigación Científica, Universidad de Caldas, (1997). Primer Puesto en Investigación Universitaria, Concurso Departamento de Caldas-Instituto Caldense de Cultura (2000). Primer Puesto Categoría de Ensayo Nuevos Juegos Florales, Manizales, (1993 y 1995). Miembro Fundador de la Academia Caldense de Historia, Socio Fundador del Museo de Arte de Caldas, Miembro de la Junta Directiva de la Orquesta de Cámara de Caldas. Orden del Duende Ecológico (2008).




ENSAYO



MAESTROS DEL BAHAREQUE, AL POR MAYOR (Frag.)


"Los castellanos llegaron de España e implantaron el uso de la tapia y de la teja de barro, en las construcciones domésticas. Con el paso del tiempo, los nativos se adaptaron a la utilización de los recursos naturales presentes en las montañas del centro-occidente colombiano, distintos a los que se encontraban en tierras santandereanas, cundiboyacenses, tolimenses y caucanas. Había guadua, selvas vírgenes y tupidas y barro. Con estos tres materiales emprendieron la construcción de pueblos enteros en bahareque y bellas casas de finca.
Los trabajadores de la madera estuvieron ligados a la construcción y organización urbanística de la mayor parte de los pueblos del Viejo Caldas, a la distribución de los espacios, construcciones de viviendas, negocios y sedes de distintas instituciones. Abundaron en la primera etapa cuando apenas eran caseríos.
(…) 
En San José de Caldas, a medida que avanzaba el siglo XX, aparecieron más carpinteros del norte del departamento como: Manuel López (“Manuel Azul”), José Luis Calle (“Trompeta”), Gustavo Bedoya, Alberto Cano. Ancízar Montes fue ebanista de calidad. ‘Tite’ Martínez era ebanista sui géneris pues su especialidad era elaborar, en madera, cachas de los revólveres, horquetas para las caucheras, repisas para santos y pequeñas alcancías. Los niños pobres ahorraban. Los ricos no ahorran; invierten.

Al comienzo del siglo XXI, un ebanista fuera de serie era Carlos Ardila, quien llegó de Riosucio con su hijo Mauricio. Elaboraba camas, nocheros, muebles de comedor, mesas, tocadores y marcos para espejos. Se encargó de la restauración de puertas, ventanas y artesonados de mi casa, en el marco de la plaza principal.

Entre finales del siglo XX y comienzos del XXI, apareció una legión de maestros de obra para las nuevas construcciones, en el pueblo y en el campo: Ramón Bedoya, “El Viejito Marcos”, Mario Arcila, Octavio y Arturo López, Óscar y Daniel Martínez, Gilberto Montaño y sus hijos.

La diferencia entre carpintero y ebanista está en que el carpintero trabaja la madera en función utilitaria y el ebanista le añade a lo que hace una visión estética. Históricamente, ebanista era el que trabajaba el ébano, madera preciosa de la antigüedad clásica. Un ebanista es un artista de la madera".


CARLOS MARIO URIBE ÁLVAREZ 
(Manizales)






Poeta colombiano. Incursionó en el periodismo.

Es Director de la Fundación Cultural "La nave de papel", dirige la ‘Semana Mundial de la poesía’, el 'Salón Nacional de Poesía Visual' y la 'Feria del Libro y las Letras' en Manizales. Además recuperó el Parque de la Poesía, con lecturas mensuales e invitados nacionales e internacionales.

Ha publicado: Final del viaje (1999). En proceso de publicación están: Abecedario de la muerte y la palabra, El Pez Rojo y Mil palabras pánvocalicas.

Entre sus distinciones se encuentran: Premio Nacional de Poesía “Carlos Héctor Trejos” (Riosucio, 2003). Finalista IV Concurso Ángel Ganivet (Países Bajos, 2010). Premio Departamental de Poesía Cámara de Comercio (Manizales,1999). Finalista Premio Casa de Poesía “Fernando Mejía Mejía” (Manizales,1991).



POEMAS
Que digan algo
Después de haber dado la vida por ellas
de haber doblado la rodilla en el mapa del mundo
luego de malgastar mi sangre a su favor
por ellas…
Se dignen servir de algo
ahora que soy yo, ahora que es mi cuerpo
mi muerte llevándome en volandas
atravesando como relámpago los almanaques…
Que por lo menos digan algo
a alguien
mis palabras.


Telaraña

Cuando duermen, desciendo por el pan a la mesa del hombre.
Veo su aliento agrio al trasluz de pesadillas que los estremecen.
Temprano abandonan dóciles su casa e ingresan a una mayor
cuyas paredes son transparentes y sus corredores atravesados
por nubes de fuego y más hombres de distinto rostro.
Cuando me canso de cazar insectos vuelvo al techo.
Desde allí consigno estas memorias.

Tu nombre

La sal de la palabra, el abismo que inaugura
detiene el instante de mi muerte.
La sed desaparece cuando hablas
el agua corre en los espejos (cuando)
busco tu nombre entre la bruma
te veo agazapada tras la luz (donde)
tu cuerpo transparente arde.


ORLANDO MEJÍA RIVERA
(Bogotá / Manizales)



Nacido en Bogotá. Profesor e investigador de la Universidad de Caldas. Escritor, médico internista y filósofo.

Algunas de sus publicaciones: Antropología de la muerte(1987), De la prehistoria a la medicina egipcia(1999), De clones, ciborgs y sirenas (2000), Pensamientos de guerra(2000), La generación mutante: nuevos narradores colombianos(2002) y El Asunto García y otros cuentos (2006).
Cuenta con varios premios científicos y literarios, a saber: Ganador del Premio Nacional de Cultura en la modalidad de novela del Ministerio de Cultura (1998), con Pensamientos de Guerra. Ganador del Premio Nacional de ensayo literario Ciudad de Bogotá (1999), con De clones, ciborgs y sirenas. Ganador del Premio de la Cámara colombiana del libro en la categoría “Mejor libro técnico y científico” (1999), con el libro De la prehistoria a la medicina egipcia.

TEXTOS
HUMORES –AFORISMOS
Besar con tranquilidad, copular con parsimonia, los signos del otoño de la vida que caen como hojas secas sobre nuestros cuerpos desnudos y cansados.
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Si Duchamp hubiese intuido a la legión de sus epígonos farsantes, jamás habría llevado el orinal al museo. Lo hubiera usado en su casa de París, hasta que el moho y el óxido aniquilaran sus pretensiones de ready-made.
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La obra publicada de Octavio Paz, apretujada en catorce volúmenes, es breve comparada con la enciclopedia de silencios que dejó Rulfo para el divertimento de los futuros hermeneutas de lo inefable.
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Los búhos, al igual que los pensadores, ya no habitan los bosques de la vida.
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La prepotencia de la juventud se cura con el reumatismo de la vejez.
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La narrativa del siglo XX no fue original ni en su escatología erótica. La crudeza de Henry Miller, de Charles Bukowski y de William Burroughs proviene de los epigramas de Marco Valerio Marcial. El “coño parlante” de Trópico de Cáncer, las féminas de La máquina de follar, los sodomitas del Almuerzo desnudo, todos ellos ya estaban descritos en los trazos breves y eternos del ironista del siglo I y vecino de Calatayud.
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La gran lección ética para todos los ironistas la expresó también Marcial: Hunc seruare modum nostri nouere libelli: parcere personis, dicere de uitiis (mis obritas han aprendido a seguir esta norma: respetar a las personas, hablar de los vicios). De allí su costumbre de usar nombres ficticios en sus epigramas más hirientes e íntimos.
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Los filósofos contestan con autoridad lo que los poetas ni siquiera se atreven a preguntar.
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El siglo XX fue una pesadilla kafkiana. El siglo XXI es una terrible noche de insomnio de Franz Kafka.
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La única saudade auténtica es la infancia olvidada. La infancia recordada es un dispositivo literario.




JAIME ECHEVERRI
(Manizales)




Es uno de los narradores más interesantes e imaginativos de la narrativa actual de su país. De su obra y publicado por Colcultura en su Colección Popular en 1979, Historias reales de la vida falsa se ha convertido en un título legendario. Varios premios nacionales de cuento, obtenidos entre 1968 y 2004, dan fe de su calidad literaria. Luego de su aparición (Ediciones sin nombre, 2000), otro de los títulos de Jaime Echeverri, Versiones y perversiones y otras inversiones, inauguró la colección de Letras Americanas de la Editorial Regional de Extremadura en 2009. Se trata de un extraño atado de textos que se resisten a la clasificación y que bordean el aforismo y el poema.
Echeverri, además, es autor de las colecciones de cuentos Las vueltas del baile (Fundación Simón y Lola Gubereck, 1992) y El mar llega a todas las playas(Panamericana, 20109 y las novelas Reina de picas(Planeta, 1992, y Ediciones sin nombre, 1999) y Corte final (Ediciones sin nombre, 2002, y Hoyos Editores, 2007).


CUENTOS

SARAJEVO
Los amantes se separan, deshacen el nudo que ataba su desnudez y se levantan con la sensación de los gestos perdidos. Ella, a un lado de la cama, y él, al otro, se visten a ritmo disparejo. Los ojos vacios y la mirada hueca. Afuera truenan las armas. Las explosiones levantan nubes de polvo y ceniza, la ciudad se cubre con su capa de hollín. La miseria se reproduce en cada rostro. Ellos, con lentitud, terminan de vestirse y aprestan a salir. Un combate acaba y otro empieza.

CROMÁTICA
Despierta con la sensación de que algo la envuelve, la estruja y no la deja respirar. Ya sabe cómo es la cosa. Conoce sus aullidos. Teme sus mordeduras. Bosteza. Se levanta despacio. Mira su cuerpo desnudo en el espejo, pestañeando apenas. Una mirada neutra es devuelta a sus ojos. Se acerca al tocador y toma diez frasquitos de esmalte. Se sienta en el suelo y, recostada contra la cama, los destapa uno a uno y los coloca frente a ella. El esmaltado olor se desparrama por el cuarto. Empieza ahora el conjuro: un color para cada uña de sus pies. Eso, cuando la fiera parece más furiosa. Cuando está calmada solo necesita ocho. Azul para las uñas más pequeñas y el resto para las otras. En uno, dos uñas azules, en el otro, sólo una, enmarcando así la escala cromática. Cuando ha secado el esmalte, se calza un par de sandalias y sale a vagar todo el día por ahí. Dama de pies arcoíris que quieren desligarse del suelo.

CIVILIZACIÓN
No olvide las llaves al salir ni el chaleco protector ni sentarse de espaldas a la pared en sitios concurridos. Por el aire balas vienen y van y una tiene grabado su nombre. En una sociedad adelantada nada se deja al azar. Todo está calculado. Los accidentes han sido superados.