viernes, 22 de agosto de 2014

PRIMER FESTIVAL DE LITERATURA NOS QUEDA LA PALABRA

Entre versos y lineas se lee NOS QUEDA LA PALABRA. Palabras de escritores, de poetas, de personas..


CAROLINA LÓPEZ JIMÉNEZ
(Armenia, Quindío)


Realizó estudios universitarios en la ciudad de Bogotá. Desde 2005 ejerce la docencia universitaria y apoya procesos de investigación-creación en los campos de fotografía, producción escénica y visual y literatura. Hace parte de ‘El Deseo Colectivo’, grupo que promueve los procesos artísticos de la Biblioteca María Mulata lectora (San Onofre, Sucre) y que facilita la reconstrucción de la memoria histórica a través de las artes.
En 2010 ingresó a la maestría de escrituras creativas de la Universidad Nacional de Colombia.
En 2013 obtuvo el primer premio del XI Concurso Nacional de Novela y Cuento de la Cámara de Comercio de Medellín con la novela: En la punta del lápiz.

NOVELA

EN LA PUNTA DEL LÁPIZ –Frag.-
“Mis padres llevaban un año de haberse separado. Pasaba vacaciones en Caicedonia, en casa de mi tía Ligia, donde vivía ahora mi padre. En su cuarto había un gran mueble de madera oscura. Era grande y pesado. Allí, en el cajón más alto, guardaba con seguro sus documentos y papeles. Como todas las noches, mi padre llegó a revisar cosas, a poner al día recibos y facturas, a organizar sus asuntos. Yo lo acompañaba parada en una butaquita, junto al mueble.
El cajón abierto. Mi padre sacando y metiendo carpetas, fotocopias, cajitas que revisaba en su cama, mientras yo me emocionaba con la posibilidad de acceder a un compartimento que casi nunca veía abierto. Nada de malicia, solo curiosidad. Papeles muy viejos con olor a guardado (siempre me asombró el don que tenía mi papá para guardar cosas durante tantos años), con un aroma a épocas y a lugares a los que yo nunca tendría acceso. Vi un telegrama. Como casi todo lo que tuviera letras me inquietaba, tomé el sobre con la ingenuidad con la que hacía todo en aquella etapa de mi vida. Lo abrí, saqué la hoja que había adentro y leí.
Un saludo amoroso. Día del Amor y la Amistad. Remitente: mujer. Una mujer que no era mi madre. El latido de mi corazón como un golpe. Dolor en el pecho. La fecha: 1986. “Mis papás ya estaban casados”, pensé. El telegrama fue arrebatado de mis manos. Ambos sabíamos que algo había pasado. Ninguno dijo nada. Guardó el papel en el sobre y lo puso en una carpeta, lejos de mí. Él se quedó mudo y yo caí en las profundidades de un silencio doloroso. Guardó todo, cerró el cajón y le puso llave. Me bajó de la butaca”.


JUANA MARÍA ECHEVERRI ESCOBAR
(Manizales)


Poeta, escritora y promotora cultural. Animadora de lectura y escritura en Bibliotecas y Casas de la Cultura de la región. Graduada en Derecho, con diplomados en Derechos Humanos y Desarrollo Comunitario. Es colaboradora de la Red nacional de Mujeres (Nodo Caldas). Promueve procesos culturales y artísticos con grupos de juventudes y mujeres. Forma parte del Colectivo Babilonia y es la voz de la serie y del blog‘Babelia’. Ha publicado en diferentes revistas, periódicos y colecciones de poesía.


En el año 2009 obtuvo el Gran premio del XIX Premio Nacional de Poesía Ediciones Embalaje del Museo Rayo (Roldanillo, Valle) con el poemario Las que mecen el delirio.
Entre sus obras se destacan: Menguante Oxida Palabras, Las que mecen el delirio, Las Púrpura y Montemadre.


LAS QUE MECEN EL DELIRIO


-Fragmentos-
1
Al canto ascienden
las que gritan para
adentro
las que se hacen
cigarras
en la lumbre de la noche
Aturden sus sentidos en plena agitación:
consteladas
esplendorosas
repentinas
mujeres de los cuatro elementos
iniciáticas en la creación

2
Y el canto las mece
en el delirio,
ardid,
plena vislumbre
constante contemplación
de las infinitas que también menguan
Venus atormentadas
desde otro tiempo
en que viajarían desnudas
por su paraíso
o su laberinto

11
Es la escena
de las Cantadoras de Vicios
arrobadas en su figura blanca
casi levitan de tan claras;
en parte son las verdades que se gozan
cruzando los dedos,
grillos y tréboles
verdes;
y en parte el enjambre
que zumba
sin cesar en su compulsión
impulsándolas al infinito


LEÓN GIL
(Venecia, Antioquia)




Estudió Física en la Universidad de Antioquia. Se ha desempeñado como profesor en diferentes instituciones del departamento.
Ha escrito relatos, ensayos y poemas; los cuales han sido publicados en diferentes revistas y periódicos del país y del exterior, así como en varias antologías nacionales e internacionales.
Poeta invitado al Festival Internacional de Poesía de Medellínen los años 1996 y 2010.
En 2012 fue Premio Nacional de Poesía de la Casa de Poesía Silva, de Bogotá; y en 2009 Premio Internacional de la Poesía Universidad de San Buenaventura, Cali.
Sus libros de poemas publicados son: Del huerto de Van Gogh (1990), Ecceinfans (1996), Coctel de versos para la mesa3 (2002) y Cantata de la lluvia (2011).

POEMAS

EPITAFIO DEL MISÁNTROPO

Aquí no yace
Ni vive
Ni ha vivido nadie

Aquí sólo hay
Silenciosa podredumbre
Gusanos murmurantes
Voraces gusanos

Largo


A LA MODA CON LA MUERTE

Todo el mundo habla de cadáveres bajo el puente
De muertos en el rastrojo
De bultos podridos en la barranca
De los desnudos espantapájaros y niños
Cubiertos solamente por las moscas
Del rumor de la muerte
Que sin reglas y sin tregua
Juegan noche y día
A la desaparición y al escondite

Hombres y mujeres jóvenes y viejos
Andamos a la moda con la muerte:
La lucimos en los ojos
Como el último grito de la vida
La llevamos en los pies
Como si camináramos por las pasarelas del infierno
Tanta orfandad tanta elegía
Tanta sangre y tanto luto en el poema:

Las flores y los cantos solo sirven
Para los desposados con la muerte



CROMOFAGIA

Hoy me desayuné con rojo
violeta azul amarillo y verde
y en lugar de café con crema
me bebí la sangre
y alma de cada lámpara
entonces
yo era un arco iris
y una antorcha
pero me dolía terriblemente
porque has de saber
mi querido Théo
cuesta mucho ser una estrella

(Del Libro: Del huerto de Van Gogh, 1990)


URIEL GIRALDO ÁLVAREZ
(Salamina, Caldas)




Poeta, escritor y docente. Especialista en Literatura Hispanoamericana. Es profesor en la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Caldas. Dirige la Corporación Cultural A-Cántaros.

Entre sus obras se destacan: Al borde de la vía (1987),Calle 13 carrera 13 (1990), Aquel amor ya nostalgia (1993), Fe de erratas (1997 - Premio de Poesía en los IV Nuevos Juegos Florales de Manizales) e Insistencia en la tierra(1998). Con Todavía la vida obtuvo el Primer Premio de Cuento en los II Nuevos Juegos Florales de Manizales (1995).
Orlando Sierra escribió que «Giraldo Álvarez resulta una especie de reseñador de sucesos, de cronista de la contemporaneidad. Sus poemas hablan de la calle, la plaza, el helado, la peineta desportillada, el bus urbano. Todo sin trucos, sin sobresaltos metafóricos. Por supuesto es una obra irregular. Sin embargo, tiene un gran mérito: la búsqueda de otro horizonte poético para Caldas, tan acostumbrada a los preciosismos enjundiosos y las frasecitas».



POEMAS

Ya sé que estás
recién venida
que ningún amor
fue a besarte
en el andén de la estación
que nadie nadie
se fijó en tu rostro
reseco por el viento
que las palomas
siguieron en sus sitios
que las mariposas
hicieron los vuelos de rutina
que las chimeneas
en aquella tarde
vomitaron como de costumbre
que el tren
siguió aullando
sobre los fríos rieles
que el polvo
se te pegó a los zapatos
que los mendigos
tampoco se bañaron ese día
que todos los gamines
estaban en la calle
que todos fuimos al trabajo
que nadie izó ninguna bandera
que tuviste que alzar
con tus maletas
y así llegaste a casa
y la encontraste vacía
y desde entonces
te ha dado por pensar
que nadie te había pedido
que volvieras
y si te escribo
es precisamente
para confirmártelo.
(De Al borde de la vía, 1988).

* * *

El tío Leonardo
se hizo policía
antes de llegar a los treinta
sin conseguir empleo
Todos vimos su foto
de rodilla en tierra
apuntando al blanco
de la cámara
Quince años continuos
yendo de un sitio a otro
ejerciendo una autoridad relativa
sobre maleantes de poca monta
y borrachos de cantina
le granjearon varias docenas
de enemigos
que devolvieron sus cenizas a tierra
trese meses después
de su jubilación.



En Manizales: NOS QUEDA LA PALABRA